Rastros de la memoria de mi país : formación del pensamiento histórico en la infancia a partir de la enseñanza de la historia reciente.

Abstract

El presente proyecto investigativo tiene como horizonte pedagógico una educación desde un sentir ético-político de la enseñanza de la historia. Por ello, este proyecto es la posibilidad de abrir senderos en la escuela para escuchar las preguntas curiosas que tienen los niños y niñas acerca de su país, poder desde pequeños escuchar la historia de Colombia con las realidades de una historia alegre pero también triste, es la posibilidad para crear vínculos con aquellas narraciones y fortalecer las habilidades para lograr un pensamiento histórico. Rastros de la memoria de mi país, nombre que recibe este proyecto de investigación, nace con la pregunta que hace un niño de 6 años: -profe, ¿cómo era la vida antes de la guerra? y ¿siempre ha existido la violencia?. Esta pregunta a la vez cuestiona nuestro quehacer como maestros, ¿estamos brindando conversaciones que permitan un diálogo de saberes respecto a la historia de Colombia? ¿estamos enseñando la historia de Colombia desde los sentires y desde la cotidianidad? ¿nos seguimos limitando a una enseñanza de la historia de una manera tradicional y superficial? Con la pregunta del niño y los cuestionamientos como maestra de educación infantil, se estructura y se da forma a este proyecto, el cual tiene cuatro apartados, cada uno de ellos le da sentido y de alguna manera u otra se van contestando aquellas preguntas. Aunque no son respuestas cerradas y definitivas, pues, así como se abren senderos par la formación del pensamiento histórico, también se abren caminos para conversar acerca de esta investigación y la forma de cómo le enseñamos la historia a nuestros niños y niñas. Por su parte, la formación del pensamiento histórico hace referencia a las habilidades que se pueden potenciar para comprender la historia y tener criterios frente a los acontecimientos del pasado que permitirá un acercamiento a los acontecimientos del presente, es decir "el estudio del pasado debe ayudarnos a comprender mejor la sociedad en que vivimos hoy y permitirnos elegir que conservamos y valoramos de ese pasado y lo que desechamos y no consideramos progresivo para la humanidad" (Zamudio, Pagés, & Benejam, 1999, p. 9), así que tenemos la responsabilidad de pensarnos históricamente y situarnos en la realidad que vive el país, aunque para lograrlo es necesario abrir espacios en la escuela para la interpretación y la reflexión de la historia, es decir empezar a formar en un pensar histórico.