Tobón de Castro, Lucía2017-04-300120-21462462-8417http://hdl.handle.net/20.500.12209/5597A menudo surge la pregunta: ¿cuál es el origen de la expresión simbólica del hombre?, ¿Cómo surgió entre los humanos? Y siempre llegamos a la misma respuesta: el hombre es apto para el lenguaje. Pero... ¿en qué consiste esa aptitud? En que, a diferencia de otras especies, el hombre posee condiciones biológicas, histórico-sociales y culturales que le permiten crear un universo de significado, almacenarlo en su memoria y enriquecerlo, actualizarlo o perfeccionarlo, estructurando así su experiencia cognoscitiva. Mas no termina en el proceso abstractivo la acción de este rasgo particular de la especie. Es mayor su proyección, porque le permite crear representaciones para comunicar su experiencia o exteriorizar estados de ánimo y contenidos afectivos o, simplemente, dejar fluir libremente su pensamiento.application/pdfspahttps://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0LenguajeSociolingüísticaEspañol de AméricaEl español : diversidad de diversidades.info:eu-repo/semantics/openAccesshttp://purl.org/coar/access_right/c_abf2Artículo de revistaAttribution-NonCommercial 4.0 International