Quitián Roldán, David Leonardo2011-08-132462-845X0121-4128http://hdl.handle.net/20.500.12209/4572Una de las características esenciales de la academia es su tono moderado a la hora de expresar sus reflexiones, hallazgos y conclusiones. Si bien los investigadores son por naturaleza seres apasionados, llenos de curiosidad y espíritu inquisitivo, el protocolo de la ciencia les obliga a guardar compostura a la hora de socializar sus resultados, con actitudes como la adopción de una voz cercana a la neutralidad que imprima un halo de legitimidad a sus discursos. Ese es el clásico positivismo que signó la ciencia casi desde sus orígenes en tiempos de la Ilustración. Sin embargo, ha habido cambios y ya el inamovible método científico presenta un considerable número de variaciones permite que la estereotipada figura del científico de cabellos alborotados, aparatosas antiparras, bata blanca desabrochada y tubo de ensayo bullente mute. Ahora encontra-mos observadores avezados que mediante métodos como la etnografía y la Investigación Acción Participativa no solo trasladan el laboratorio de antaño al mapa mismo de la sociedad, sino que le dan un tratamiento distinto a los datos que son la materia prima de sus pesquisas.application/pdfspahttps://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0Los estudios sociales del deporte : un campo en construcción en la arena de la academia.info:eu-repo/semantics/openAccesshttp://purl.org/coar/access_right/c_abf2Artículo de revistaAttribution-NonCommercial 4.0 International