Torres Beltrán, Victor Ricardo2011-01-202462-84412011-804Xhttp://hdl.handle.net/20.500.12209/3640En el proceso evolutivo, la experiencia  ha demostrado que lo que en un momento inicial se acepta como verdad única, con el transcurrir del tiempo y después de repetirlo muchas veces, empieza a vislumbrarse con otras posibilidades que en el principio fueron consideradas erróneas. En su proceso evolutivo, la guitarra no ha alcanzado  aún su madurez,  en cuanto a su plenitud sonora, tal como la tienen el violín o el piano, entre otros instrumentos. Aquella posee un universo sonoro particular, el cual -con algunas excepciones-  no se ha  explotado en su totalidad,  pues  muchos compositores e intérpretes evitan los así llamados ";sonidos parásitos";, a los que los consideran desagradables, inútiles, o no musicales. Esto es relativo, dependiendo de cómo estén integrados en la obra y de cuál sea su intención expresiva, pues presentan una riqueza de posibilidades tímbricas, creando nuevos espacios de expresión -tanto en el ámbito tonal como en el atonal- son evocadores, e invitan a la creación.application/pdfspahttps://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0El secreto.info:eu-repo/semantics/openAccesshttp://purl.org/coar/access_right/c_abf2Artículo de revistaAttribution-NonCommercial 4.0 International