Gantiva Silva, Jorge1989-01-012323-01340120-3916http://hdl.handle.net/20.500.12209/5196Historiar un saber como la pedagogía es recorrer la dimensión de los discursos, de los sujetos, de las prácticas y de las instituciones. Recorrer, pasear y gozar el laberinto de unos procesos oscuros, de una práctica pedagógica teñida en color púrpura y engalanada posteriormente con el instrumento y el rendimiento. El maestro Estanislao Zuleta tiene razón al decir que el trabajo de Humberto Quiceno es un análisis histórico de una tragedia colombiana. La tragedia construida para la uniformidad, la inhibición y la represión. Inspección y prohibición, legislación y control. ¿Qué más da? Una pedagogía católica centrada en la vigilancia y en la intimidación. Una pedagogía que no vive para vivir, sino por el miedo de vivir. Los “Pechiblancos”: Los detentadores del saber y del poder en escuelas, colegios y Normales. Pero no sólo Lasallistas, también Jesuitas, Dominicos, Calasancios, Hermanos Maristas, Salesianos, Hermanas de La Presentación, María Auxiliadora construyeron un discurso, una mirada, los “ojos en la nuca” de lo pedagógico.application/pdfspahttps://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0La escritura y el olvido.info:eu-repo/semantics/openAccesshttp://purl.org/coar/access_right/c_abf2Artículo de revistaAttribution-NonCommercial 4.0 International